Annie Ernaux – El lugar

Nombre: El lugar

Autor: Annie Ernaux

Año: 10 mar 2020

País: Francia

Annie Ernaux nació en 1940 en la región francesa de Normandía. Creció en la pequeña localidad de Yvetot y estudió literatura en la Universidad de Ruán. Profesora de esa asignatura en liceos de Annecy y de la periferia parisiense, en la actualidad vive cerca de la capital francesa y trabaja en el Centre National d’Enseignement  par Correspondanse. En Tusquets Editores hemos publicado Pura pasiónLa vergüenzaEl acontecimiento y El lugar (Premio Renaudot, 1984). En 2019 recibió el Premio Formentor al conjunto de su obra.

«El lugar», de Annie Ernaux: Una exploración sobre el duelo paterno

Cuando nos salimos del camino marcado, las distancias con quienes nos rodean a veces son insuperables.

En abril de 1967, la autora y protagonista, por entonces joven aspirante a profesora de secundaria, supera el examen de capacitación en un liceo de Lyon para orgullo (y recelo) de su padre, antiguo obrero que, procedente del medio rural y tras trabajar duramente, ha acabado convertido en propietario de un pequeño comercio en las provincias. Para ese padre, todo eso significa otro paso adelante en su difícil ascenso social; sin embargo, poco le dura esta satisfacción, ya que fallece dos meses después. Padre e hija han traspasado sus respectivos «lugares» dentro de la sociedad. Pero se han mirado entre sí con suspicacia, y la distancia entre ambos ha ido tornándose cada vez más dolorosa. El lugar se centra, pues, no sólo en los complejos y prejuicios, los usos y las normas de comportamiento de un segmento social de límites difusos, cuyo espejo es la culta y educada burguesía urbana, sino también en la dificultad de habitar en un espacio propio dentro de la sociedad.

En El lugar (Tusquets, 2020) Ernaux toma otro episodio autobiográfico para realizar una íntima, y reveladora exploración sobre la compleja, multifacética noción de “lugar”. ¿Existe tal cosa como un lugar determinado? ¿Cómo cambia nuestra percepción de los lugares (físicos, sociales) que hemos habitado, a medida que envejecemos?

Estas preguntas se precipitan con la historia de esta narración. En ella, la protagonista, que circula a finales de la década de los 60, ejecuta un cambio de zona al superar el examen de capacitación en un liceo de Lyon, como aspirante a profesora. El contraste de este ascenso social se refleja en la interacción con el padre, quien representa más que un mero pasado rural.

Así, la emprendedora narradora provoca las comparaciones entre aquel pasado y la observación social de la urbe capitalina como ideal burgués. Nuevamente, vemos la pericia con la que Annie encapsula los prejuicios de la atmósfera: los ojos vigilantes y controladores siempre están ahí, con su permanente protocolo: el qué dirán es omnipresente.

La narración es honesta en reconocer que la escritura ocurre sin alegría. Sin embargo, son las palabras las que le permiten nombrar los límites y las tonalidades de los lugares que habitamos. Estas frases, dice, describen: “el color del mundo donde vivió mi padre, donde viví yo también. Y no tomábamos jamás una palabra por otra”.

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